Confusión
Por, Minelli Minelli
Horizonte a medias que pasa frente a sus ojos. Ojos que arropan cualquier alma, con calidez. Esculpido con la perfección de la naturaleza que le da vida.
Y es así, que se da cuenta. Cuenta de que la vida es noble. Nobleza que nace en el interior de aquellos que no tienen nada, y aun así se mantienen firmes ante los caudales sombríos de la locura humana, sin piedad.
Al llegar al final del camino, me confundo. No entiendo lo que está pasando. Será que me equivoque. Me pregunto.
¿Será? Será que malinterprete el sentido injusto de aquello que creí era vida. Vale la pena seguir un ideal corrompido por la razón, que me dice aléjate, desaparece, no vale la pena… o es pura convicción humana de instinto de supervivencia que me mantiene en la lucha por aquello que deseo. Deseo inconcluso que nace de una idea primeriza, con un pasado manchado por la calidez de la grandeza de aquella alma.
Y busco palabras, palabras de consuelo madrugador, que despierten en mí un deseo de paz. Paz portadora de ilusiones vacías de ejecución, y llenas de sentimiento.
Y me justifico, o mejor dicho, se justifican sus acciones de libertad egoísta por conocer aquello llamado vida.
Vida llena de arte. Arte creada con el ideal tardío de aquello que no es posible expresar. Y es ahí, donde te das cuenta…