Durante una residencia artística en la ciudad holandesa de Scheveningen, Mar Cuervo aplastó un flan amarillo y rosa. El acto respondió a un impulso irrefrenable, una especie de regresión infantil basada en el placer de destruir un objeto delicado. Un deseo que, en mayor o menor medida, está presente en todas las personas. Lee la historia completa en: http://www.yorokobu.es/mar-cuervo/
Publicado el 14 oct. 2016. Este video es propiedad del url de donde procede el mismo (del creador del contenido).